Daniel Santoro: “la destrucción del misil fue un desperdicio”


En una breve charla el periodista investigador comenta cuáles fueron sus hipótesis y medios para adquirir documentación de carácter secreto y llevar a cabo la investigación que dio lugar al libro “Operación Cóndor II”. La historia del misil que Alfonsín mandó construir y Menem decretó desmantelar.

por Rocío Gómez @Rowatusi

¿Cómo tuvo el acceso a las fuentes documentales o militares?

Hay un hallazgo fundamental de ese libro que es un decreto secreto donde Alfonsín autorizó la construcción del Cóndor II y la exportación  de los motores a Egipto, documento de carácter secreto, donde fuentes del gobierno de Menem después de una larga charla, una tarea de persuasión, acceden a dar ese documento que confirmaba en ese momento la historia de la participación del gobierno de Alfonsín y después los fuentes secretas de la Fuerza Aérea que proporcionaron información de cómo había sido la construcción del misil en Córdoba.

¿Cómo llegó a acceder a los datos sobre la construcción del misil, que lo impulsó a investigar ese tema?

La primer nota sobre la existencia del misil la publicó la revista Somos, y yo avanzando sobre esto que es el decreto presidencial secreto y después en mi libro “Venta de armas, hombres de Ménem” conseguí acceder a mas documentación sobre esta historia que es como se construyó una fábrica igual a Falda del Cármen en Irak. Si bien lo nombro en mi libro “Operación Cóndor II”, en el que mencioné anteriormente tengo documentos fehacientes que lo prueban.

Tecnológicamente se trataba de la construcción de dos misiles similares para ser usado por Saddam Hussein en la primera guerra con Estados Unidos.

¿Cuál fue la hipótesis que persiguió durante todo la investigación? ¿Tuvo alguna modificación durante el proceso investigativo?

Mi hipótesis primera era confirmar todo el proyecto y como se había construido y después mi hipótesis fue que la decisión de Menem era de desmantelar y echar a todos los científicos y técnicos que estaban alrededor, así como a todo personal vinculado al desarrollo de la tecnología misilística con fines pacíficos.

¿Porqué cree que Menem mandó a desmantelar el misil? ¿Cree que hubo un plan por parte del gobierno mas allá de impedir el desarrollo armamentístico?

Sí, claro. Con mi investigación, a su vez, quise demostrar que esos científicos y ese saber podría haber sido utilizado para el desarrollo de cohetes de lanzamiento vertical que permitirían poner satélites en el aire, cosa que se está haciendo recién ahora. En el año 2010 recién se está pensando en eso y tuvimos algún avance en cuanto al uso del combustible. La destrucción del misil que fue un desperdicio, en mi modesta opinión, un elemento que podría usarse con fines pacíficos, para complacer a Estados Unidos.

La historia del misil que nunca despegó

Tras la derrota sufrida por la Argentina durante la Guerra de Malvinas, la Fuerza Aérea comenzó desarrollar un misil de mediano alcance: el denominado “Proyecto Cóndor II” (CII). No sólo sería un armamento sino que significaría un desarrollo de gran trascendencia en el campo científico técnico.

Las presiones internacionales por parte de Estados Unidos fueron cada vez más estrechas y durante los años que les siguieron, lo que provocó el desmantelamiento del Cóndor II, durante la primera presidencia de Carlos Saúl Menem.

La historia comenzó en una reunión secreta que fue llevada adelante en el edificio “Cóndor”, sede del comando de la Fuerza Aérea. Según una fuente involucrada, estrategas militares llegaron a la conclusión que la supremacía británica que concluyó en la derrota de nuestro país en Malvinas, fue por el avance tecnológico de esta potencia en sus armamentos. Se presentó entonces el debate acerca de qué armas se necesitarían en un eventual segundo enfrentamiento con Gran Bretaña.

El Proyecto Cóndor II se desarrolló en silencio, pero surgieron algunas complicaciones: Argentina se había enfrentado a la Organización del Atlántico Norte, la OTAN, la cual le había impuesto un embargo armamentístico. En este momento que surgió Alemania como exportadora de esta tecnología, en tanto Egipto, se encargaría de financiar el proyecto CII.

Cuando el poder se descentralizó de la Junta Militar y se volvió a la democracia, con el recién electo presidente Raúl Alfonsín, se pudo acceder a los archivos secretos donde se detallaban estas cuestiones acerca de los capitales invertidos en el Proyecto Cóndor II. Se habló de otro inversionista que además, habría estado interesado también en la compra del misil una vez que éste estuviese terminado: Irak.

Esto le supuso a la Argentina otro factor en contra, puesto que ahora fue Estados Unidos el que comenzó a presionar. Alfonsín dictó un decreto de carácter secreto para avalar el Proyecto, y después tuvo que modificarlo por las presiones internacionales que le llegaron a través de Frank Carlucci, secretario de Defensa de los EEUU, quien se las hizo llegar a su par Horacio Jaunarena.

El desarrollo de este misil intermedio en Falda del Carmen, Córdoba, que se suponía llegaría a alcanzar los 1200 kilómetros en vuelo vertical, suponía para la Argentina un salto en cuanto a tecnología, pues se abriría a partir de este proyecto, una línea de avance tecnológico importante.

Luego de la anticipada entrega de poder por parte de Raúl Alfonsín a Carlos Saúl Menem, las políticas económicas comenzaron a cambiar radicalmente implementando el modelo económico neoliberal.

Para poder instaurar este tipo de modelo se debía conseguir el aval de los Estados Unidos. El gobierno argentino debía seguir la mejor conducta posible y las presiones para el desmantelamiento de un misil que era una potencial amenaza para el país norteamericano.

Otra persona que supuso un punto importante a la hora de presionar para que el Cóndor II fuese destruido, fue Terence Todman, embajador de los Estados Unidos en Argentina. Durante las preguntas con las cuales lo evaluaron para asumir este cargo, Todman se opuso a que se levantara el embargo de armas que pesaba sobre la Argentina. Este embajador llegó al país en junio del ´89, en clima de caos social y económico lo que aumentó su desconfianza.

Luego de asumir Carlos Menem como presidente, Domingo Cavallo al frente del Palacio San Martín, comenzó a negociar con Todman por el desarme del Cóndor II. A través de diversos discursos de la época, se pudo ver que, de todas las promesas que los miembros del gobierno hicieron con respecto al desarme del Cóndor II, ninguna se cumplía, por lo que, ya cansado de estas vueltas. Todman expuso sus preocupaciones con respecto al misil, llegando a decir que, como el Albergue Warnes, el Cóndor II debía ser destruido para siempre.

Finalmente, el 20 de julio de 1990, Menem firmó un decreto de carácter secreto por el cual dejaba sin efecto los firmados por Alfonsín, lo cual suponía el fin del Cóndor II, pese a que, desde la Fuerza Aérea se lo intentó seguir salvar, pero esto resultaba inútil. Desde la embajada norteamericana los mensajes al gobierno argentino estaban teñidos de satisfacción.

Finalmente, el Cóndor II fue desguazado y se ordenó la destrucción de sus partes no reciclables.

Daniel Santoro

Es un periodista argentino nacido en Wilde que se dedica al periodismo de investigación. Es egresado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata y actualmente es subsecretario de redacción del diario Clarín. Sus obras bibliograficas son “Operación Cóndor II. La Historia Secreta del Misil que desmanteló Ménem», «El Hacedor. Una Biografía Política de Domingo Cavallo», «Los Intocables (Los Verdaderos)», «Venta de Armas: Hombres de Menem” y “Técnicas de Investigación. Métodos Desarrollados en Diarios y Revistas de América Latina”. A su vez es coautor de “Puro Periodismo” y “The Water Barons”.

En cuanto a su desarrollo académico, es docente especializado en periodismo de investigación en la Universidad de Belgrano, profesor de la Universidad de Buenos Aires. El Instituto de Servicio Exterior, profesor de la cátedra Técnicas del Periodismo de Investigación de la maestría de Clarín,  Profesor de la maestría de la Universidad de La Plata, Profesor de la maestría de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), profesor de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez y  docente del Taller de Investigación Periodística en la Escuela de Periodismo Universidad Alberto Hurtado de Chile.

Fue galardonado con Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 1995. Es Caballero de la Orden del Mérito de la República de Italia, en reconocimiento a sus libros y méritos periodísticos. Fue galardonado con el premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia, en 2004 y con el  Premio Konex de platino a la «Investigación» en  2007. A su vez obtuvo el segundo puesto en categoría prensa escrita premio por el Foro de Nuevo Periodismo Cemex-FNPI, en 2002. El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), del Perú, y Transparencia Internacional le otorgó el segundo puesto.

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